El empleo es un concepto fundamental para el desarrollo económico y social de cualquier sociedad. Según diversas instituciones internacionales, incluida la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el empleo no solo implica una relación laboral remunerada, sino también una participación activa en el mercado laboral que respete los derechos humanos, la dignidad del trabajador y el equilibrio entre productividad y bienestar. En este artículo exploraremos en profundidad qué es el empleo según la OIT, cómo se define, cuáles son sus características esenciales y por qué es un pilar central en las políticas laborales mundiales.
¿Qué es el empleo según la OIT?
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el empleo se define como la participación de una persona en una actividad laboral remunerada, ya sea por cuenta propia o ajena, con un contrato explícito o tácito. Esta participación debe ser de al menos una hora diaria, y debe estar orientada a generar valor tanto para la persona que trabaja como para la sociedad. La OIT establece que el empleo no solo debe ser cuantitativo (número de personas trabajando), sino también cualitativo, es decir, debe cumplir con estándares de seguridad, equidad y estabilidad laboral.
Un dato curioso es que la OIT fue creada en 1919, inmediatamente después de la Primavera de París y en el contexto de la reconstrucción tras la Primavera de París. Desde entonces, ha trabajado para promover el empleo decente como un derecho fundamental. Según la OIT, el empleo decente implica trabajo digno, que respete las libertades fundamentales, ofrezca protección social, garantice salarios justos y condiciones seguras.
Además, la OIT ha promovido el concepto de empleo de calidad, que se centra en la sostenibilidad del empleo, la equidad de género, la inclusión y la protección contra la precariedad laboral. Este enfoque no solo busca aumentar la cantidad de empleos, sino mejorar su calidad para todos los trabajadores del mundo.
La visión de la OIT sobre el trabajo y la economía
La OIT no solo se enfoca en el empleo en sí, sino en el contexto más amplio de la economía y la sociedad. Para esta organización, el empleo es una herramienta clave para reducir la pobreza, promover el crecimiento económico sostenible y garantizar el desarrollo humano. La OIT trabaja en estrecha colaboración con gobiernos, empleadores y trabajadores para fomentar políticas laborales que beneficien a todos los sectores de la sociedad.
Uno de los pilares fundamentales de la OIT es el concepto de trabajo decente, que busca que todas las personas tengan acceso a empleos que respeten sus derechos humanos, ofrezcan condiciones seguras y justas, y permitan un desarrollo personal y profesional. Este enfoque incluye la promoción de la igualdad de oportunidades, la eliminación del trabajo forzoso y la erradicación del trabajo infantil.
La OIT también destaca la importancia de la formación y capacitación laboral como elementos esenciales para adaptarse a los cambios económicos globales, como la digitalización, el envejecimiento de la población y la transición energética. Para lograr un empleo sostenible, es necesario invertir en educación, tecnología y políticas públicas que respalden la creación de empleos en sectores emergentes.
El empleo en contextos de crisis y desigualdad
En tiempos de crisis económica, social o ambiental, el empleo se convierte en un tema de urgencia. La OIT ha destacado que, durante pandemias, conflictos armados o crisis climáticas, los trabajadores más vulnerables son los que suelen sufrir las consecuencias más graves, como el desempleo forzado, la reducción de salarios o la pérdida de derechos laborales. Por ello, la OIT promueve políticas de protección social activa que permitan a los trabajadores mantener su empleo o acceder a nuevos empleos de calidad.
Un ejemplo reciente es la respuesta de la OIT durante la pandemia de COVID-19, cuando se estimó que más de 8.8 millones de personas en todo el mundo perdieron su empleo, y millones más se vieron obligadas a reducir sus horas de trabajo. Ante esta situación, la OIT recomendó a los gobiernos implementar programas de asistencia laboral, incentivos para la contratación y apoyo a los emprendedores. Estas acciones no solo ayudaron a mitigar el impacto de la crisis, sino que también sentaron las bases para una recuperación más inclusiva y sostenible.
Ejemplos de empleo según la OIT
La OIT ofrece múltiples ejemplos de empleo decente y no decente para ilustrar su visión. Un ejemplo positivo es el de un trabajador en una empresa que ofrece contratos estables, salarios justos, beneficios sociales y oportunidades de desarrollo profesional. Este tipo de empleo no solo beneficia al trabajador, sino que también genera productividad y estabilidad para la empresa y la economía en general.
Por otro lado, un ejemplo negativo sería el de un trabajador informal que no cuenta con contrato, no recibe seguro social ni protección ante accidentes laborales, y trabaja en condiciones peligrosas. Este tipo de empleo, aunque legal en algunos casos, no cumple con los estándares de trabajo decente y expone a los trabajadores a riesgos significativos.
La OIT también ha trabajado en sectores específicos, como la agricultura, la industria manufacturera y los servicios, para promover empleos que respeten los derechos laborales. Por ejemplo, en la industria textil, la OIT ha colaborado con marcas internacionales para garantizar que los trabajadores tengan condiciones seguras y salarios dignos.
El concepto de trabajo decente en la OIT
El trabajo decente es un concepto central en la visión de la OIT sobre el empleo. Este término no se limita a la mera existencia de un empleo, sino que implica un conjunto de condiciones laborales que respetan la dignidad humana. Los cuatro pilares del trabajo decente, según la OIT, son: promoción de los derechos laborales, creación de empleos, protección social y diálogo social.
La promoción de los derechos laborales incluye la eliminación del trabajo forzoso, el trabajo infantil y la discriminación laboral. La creación de empleos se refiere a la generación de empleos en sectores productivos que permitan a las personas ganar un salario digno. La protección social implica el acceso a servicios de salud, pensiones y seguridad social. Finalmente, el diálogo social fomenta la colaboración entre trabajadores, empleadores y gobiernos para resolver conflictos laborales de manera constructiva.
Este concepto ha sido adoptado por más de 180 países, quienes han integrado el trabajo decente en sus políticas nacionales. La OIT ofrece asesoría técnica y apoyo financiero para que los gobiernos implementen estos principios de manera efectiva.
Recopilación de definiciones de empleo según la OIT
A lo largo de su historia, la OIT ha definido el empleo desde múltiples perspectivas. Algunas de las definiciones más relevantes incluyen:
- Empleo como relación laboral: Cualquier situación en la que una persona presta servicios a cambio de una remuneración, bajo un contrato explícito o tácito.
- Empleo decente: Trabajo que respete los derechos humanos, ofrezca condiciones seguras y justas, y permita el desarrollo personal y profesional del trabajador.
- Empleo formal e informal: El empleo formal se caracteriza por la existencia de contratos, protección social y acceso a beneficios laborales. El empleo informal, en cambio, carece de estos elementos y es más vulnerable a la precariedad.
- Empleo sostenible: Trabajo que contribuya al desarrollo económico sostenible, la reducción de la pobreza y la protección del medio ambiente.
Estas definiciones reflejan la evolución de la visión de la OIT sobre el empleo, que ha ido desde un enfoque estrictamente cuantitativo hacia uno más integral, que abarca aspectos sociales, ambientales y económicos.
El empleo en el contexto global
El empleo no es un fenómeno local, sino un tema global que afecta a millones de personas en todo el mundo. Según la OIT, más del 20% de la población mundial vive en condiciones de empleo precario o informal, lo que limita su acceso a servicios básicos y a una vida digna. Esta situación es especialmente grave en los países en desarrollo, donde las políticas laborales suelen ser menos estrictas y la protección social es limitada.
Por otro lado, en economías avanzadas, el empleo ha enfrentado desafíos como la automatización, la digitalización y el envejecimiento de la población. La OIT ha alertado sobre el riesgo de que estos cambios tecnológicos y demográficos generen desempleo estructural en ciertos sectores. Para mitigar estos efectos, la OIT recomienda la formación continua, la adaptación del mercado laboral y la inversión en sectores emergentes como la economía verde y las energías renovables.
¿Para qué sirve el empleo según la OIT?
El empleo según la OIT tiene múltiples funciones que van más allá de la mera supervivencia económica. En primer lugar, el empleo es una herramienta para el desarrollo personal, ya que permite a las personas desarrollar habilidades, adquirir experiencia y construir una identidad laboral. En segundo lugar, el empleo genera bienestar social, ya que reduce la pobreza y mejora la calidad de vida de las familias.
Además, el empleo contribuye al crecimiento económico, ya que los trabajadores son consumidores y productores que impulsan la economía. Según la OIT, cada empleo decente tiene un impacto positivo en la sociedad, ya que fomenta la cohesión social, reduce la desigualdad y promueve la estabilidad política. Por último, el empleo es una forma de participación ciudadana, ya que permite a las personas contribuir al desarrollo de su comunidad y a la solución de problemas globales como el cambio climático o la pobreza.
El trabajo decente y su importancia
El trabajo decente, concepto estrechamente relacionado con el empleo según la OIT, es un derecho humano fundamental. Este enfoque no solo busca que las personas trabajen, sino que lo hagan en condiciones dignas. La OIT ha destacado que el trabajo decente reduce el riesgo de enfermedades ocupacionales, mejora la productividad y fomenta la innovación.
Para garantizar el trabajo decente, la OIT propone políticas públicas que incluyan:
- Inversión en educación y capacitación laboral.
- Protección social universal.
- Regulación del mercado laboral.
- Promoción de la igualdad de género en el empleo.
- Apoyo a los trabajadores autónomos y emprendedores.
Estas políticas no solo benefician a los trabajadores, sino también a las empresas, ya que un ambiente laboral justo y seguro aumenta la lealtad de los empleados y reduce los costos asociados a la rotación del personal.
El empleo y su impacto en la sociedad
El empleo no solo es una cuestión económica, sino también social. En sociedades con altos índices de empleo decente, se observa un menor nivel de pobreza, mayor cohesión social y mayor participación ciudadana. Por el contrario, en sociedades con altos índices de desempleo o empleo precario, se incrementan los niveles de desigualdad, exclusión y conflicto social.
La OIT ha documentado cómo el empleo influye en la salud física y mental de las personas. Trabajar en condiciones justas y seguras reduce el estrés, mejora la autoestima y fomenta una vida más activa y saludable. Además, el empleo permite a las personas construir redes sociales, participar en la vida comunitaria y desarrollar una identidad laboral sólida.
Por otro lado, el empleo también tiene un impacto ambiental. La OIT ha promovido la transición hacia empleos verdes, que contribuyan a la sostenibilidad ambiental y a la lucha contra el cambio climático. Estos empleos no solo son sostenibles, sino que también son innovadores y dinámicos.
¿Qué significa el empleo para la OIT?
Para la Organización Internacional del Trabajo, el empleo no es solo un medio para ganar dinero, sino un derecho humano esencial. La OIT considera que el acceso al empleo es una forma de garantizar la dignidad, la igualdad y la participación plena en la sociedad. Este derecho debe ser garantizado por los gobiernos, los empleadores y los trabajadores, quienes deben colaborar para crear un entorno laboral justo y equitativo.
El empleo, según la OIT, debe cumplir con ciertos criterios fundamentales:
- Accesibilidad: Todas las personas deben tener acceso a oportunidades de empleo, independientemente de su género, edad, etnia o condición social.
- Equidad: El empleo debe ser justo, sin discriminación, y con salarios que permitan una vida digna.
- Seguridad: Los trabajadores deben tener acceso a condiciones laborales seguras y saludables.
- Sostenibilidad: El empleo debe ser sostenible tanto desde el punto de vista económico como ambiental.
Estos criterios son esenciales para garantizar que el empleo sea una herramienta efectiva para el desarrollo sostenible y la justicia social.
¿Cuál es el origen del concepto de empleo según la OIT?
El concepto de empleo en la OIT tiene raíces históricas en la evolución del trabajo a lo largo del siglo XX. La organización fue creada en 1919, con el objetivo de promover la paz mediante la justicia social, reconociendo que el trabajo mal pagado, las condiciones inseguras y la explotación laboral eran factores que generaban conflictos sociales y políticos. Desde entonces, la OIT ha trabajado para establecer estándares internacionales de trabajo, como los Convenios y Recomendaciones de la OIT.
Uno de los hitos más importantes fue la adopción del Convenio sobre el Trabajo Decente en 1999, que estableció los cuatro pilares mencionados anteriormente. Este convenio marcó un antes y un después en la forma en que los países abordan el empleo, priorizando no solo la cantidad de empleos, sino también su calidad y sostenibilidad.
A lo largo de los años, la OIT ha adaptado su enfoque a los nuevos desafíos del mercado laboral, como la globalización, la digitalización y el cambio climático. Esta flexibilidad ha permitido a la organización mantener su relevancia y efectividad en la promoción del empleo decente.
El empleo y la justicia social
El empleo, desde la perspectiva de la OIT, es una herramienta fundamental para la justicia social. La organización ha destacado que la desigualdad en el acceso al empleo es una de las causas más profundas de la pobreza y la exclusión social. Para combatir esta desigualdad, la OIT ha promovido políticas que garanticen la inclusión laboral de grupos vulnerables, como mujeres, personas con discapacidad, trabajadores migrantes y jóvenes.
Un ejemplo de esta inclusión es el Programa de Empleo para Jóvenes, que busca capacitar a los jóvenes para el mercado laboral y promover su participación activa en la economía. Otro ejemplo es la lucha contra el trabajo forzoso, que afecta a millones de personas en todo el mundo, especialmente a mujeres y niños en condiciones de vulnerabilidad.
La OIT también ha trabajado para garantizar que el empleo no sea una fuente de discriminación. Para ello, ha promovido la igualdad de género en el empleo, la eliminación del trabajo infantil y la protección de los trabajadores migrantes. Estos esfuerzos reflejan el compromiso de la OIT con la justicia social y los derechos humanos.
¿Cómo define la OIT el empleo en contextos modernos?
En contextos modernos, la OIT define el empleo como una relación laboral que debe adaptarse a los cambios tecnológicos, demográficos y ambientales. La organización ha reconocido que, en el siglo XXI, el empleo no solo se basa en la producción física, sino también en la creación de valor intangible, como la innovación, la digitalización y la sostenibilidad.
La OIT también ha destacado la importancia del empleo en el sector informal, que representa una gran parte del mercado laboral en muchos países. Aunque este tipo de empleo puede ser una forma de supervivencia para millones de personas, también implica riesgos como la falta de protección social, la explotación laboral y la precariedad. Para abordar este problema, la OIT ha propuesto políticas que busquen formalizar el empleo informal y mejorar las condiciones laborales.
Además, la OIT ha promovido el empleo en sectores emergentes, como la economía digital, la economía verde y la economía del conocimiento. Estos sectores ofrecen oportunidades de empleo sostenible y de calidad, pero requieren una formación específica y políticas públicas que apoyen su crecimiento.
Cómo usar el concepto de empleo según la OIT
El concepto de empleo según la OIT puede aplicarse en múltiples contextos, desde el diseño de políticas públicas hasta la gestión empresarial. Por ejemplo, un gobierno puede usar este concepto para crear programas de empleo que promuevan el trabajo decente, como programas de capacitación laboral, incentivos para la contratación de jóvenes o apoyo a los trabajadores autónomos.
En el ámbito empresarial, las empresas pueden usar el concepto de empleo según la OIT para mejorar sus prácticas laborales. Esto puede incluir la implementación de políticas de diversidad, la promoción de condiciones seguras, el pago de salarios justos y la protección social para todos los trabajadores. Además, las empresas pueden colaborar con la OIT y otras organizaciones para cumplir con los estándares internacionales de trabajo.
En el ámbito educativo, el concepto de empleo según la OIT puede usarse para diseñar programas de formación profesional que preparen a los estudiantes para el mercado laboral. Estos programas deben enfatizar no solo las habilidades técnicas, sino también los valores de justicia social, sostenibilidad y responsabilidad laboral.
El empleo en la era de la transformación digital
La transformación digital está transformando radicalmente el mercado laboral. Según la OIT, el empleo en esta era debe adaptarse a los nuevos retos tecnológicos, como la automatización, la inteligencia artificial y la robótica. Estas tecnologías tienen el potencial de crear nuevos empleos, pero también de desplazar a trabajadores en sectores tradicionales.
La OIT ha destacado la importancia de la formación continua como herramienta para enfrentar estos cambios. Los trabajadores deben tener acceso a programas de capacitación que les permitan adquirir nuevas habilidades y adaptarse a los nuevos puestos de trabajo. Además, las empresas deben invertir en la formación de sus empleados para garantizar que puedan aprovechar las oportunidades que ofrece la digitalización.
Otro desafío es el impacto de la digitalización en el empleo informal. Según la OIT, muchos trabajadores en el sector informal no tienen acceso a los beneficios de la tecnología, lo que los deja en una posición de desventaja. Para abordar este problema, la OIT ha propuesto políticas que busquen integrar a estos trabajadores en el mercado laboral digital, mediante el acceso a internet, herramientas tecnológicas y educación digital.
El empleo y la transición energética
La transición energética es otro desafío importante para el empleo según la OIT. A medida que los países buscan reducir su dependencia de los combustibles fósiles, se genera una necesidad de crear empleos en sectores verdes, como la energía solar, eólica, geotérmica y la eficiencia energética. La OIT ha destacado que esta transición no solo debe ser ambientalmente sostenible, sino también socialmente justa.
Para garantizar que la transición energética no deje a nadie atrás, la OIT propone políticas de reorientación laboral para los trabajadores del sector energético tradicional. Estas políticas deben incluir formación en nuevas habilidades, apoyo financiero durante la transición y acceso a empleos en sectores emergentes. Además, la OIT ha llamado a los gobiernos a invertir en investigación y desarrollo de tecnologías verdes, lo que generará empleos de calidad en el futuro.
La OIT también ha destacado la importancia de involucrar a los trabajadores en el diseño de políticas de transición energética. Esto garantizará que las decisiones se tomen de manera participativa y que los trabajadores tengan voz en los procesos de cambio.
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