Que es el enfoque diferencial segun autores

Que es el enfoque diferencial segun autores

El enfoque diferencial es un concepto clave en la sociología y el estudio del comportamiento delictivo. Se refiere a la idea de que ciertos individuos se vuelven más propensos a cometer actos delictivos debido a su exposición a normas, valores y comportamientos que se desvían de los convencionales. Este enfoque, desarrollado por diversos autores, busca explicar cómo el entorno social influye en la conducta individual, especialmente en lo que respecta a la delincuencia.

¿Qué es el enfoque diferencial según autores?

El enfoque diferencial, también conocido como teoría de la diferenciación social, fue desarrollada principalmente por Edwin Sutherland en 1939. Este teórico propuso que la delincuencia no surge de una inclinación innata, sino de la exposición a valores y normas que favorecen el comportamiento delictivo. Según Sutherland, las personas aprenden a cometer delitos a través de interacciones con otros individuos que comparten esa misma mentalidad, dentro de un entorno social que les da más apoyo a las normas delictivas que a las convencionales.

Un dato interesante es que Sutherland, al formular su teoría, se basó en el estudio de delitos no violentos, especialmente el fraude y la corrupción, lo que lo llevó a cuestionar las teorías biológicas y psicológicas de la delincuencia. En lugar de enfocarse en factores internos, se centró en los mecanismos sociales que llevan a ciertos individuos a adoptar comportamientos antisociales. Esta perspectiva abrió la puerta a futuras investigaciones sobre cómo el entorno social moldea la conducta humana.

Además, el enfoque diferencial se diferencia de otras teorías delictuales en que no asume una inclinación natural hacia la delincuencia. En lugar de eso, propone que el delito es una consecuencia de la influencia de grupos cercanos, como la familia, los amigos o incluso el entorno laboral. Por lo tanto, no todos los individuos que se exponen a normas delictivas se vuelven delincuentes, pero aquellos que reciben más apoyo a esas normas son más propensos a seguir esa senda.

El enfoque diferencial y su relación con la interacción social

El enfoque diferencial no solo se centra en la exposición a normas delictivas, sino también en la calidad de la interacción social. Según Sutherland, el aprendizaje delictivo ocurre en el contexto de relaciones cercanas y repetidas, donde los individuos no solo aprenden qué actos constituyen un delito, sino también cómo cometerlos, cuándo es apropiado hacerlo y qué valor social tiene esa conducta. Esto implica que el enfoque diferencial no es solo un modelo descriptivo, sino que también explica los mecanismos de transmisión de la conducta delictiva.

También te puede interesar

Un aspecto clave es que el enfoque diferencial no se limita a la delincuencia común. Autores posteriores, como Albert Cohen y Richard Cloward, ampliaron el marco teórico para incluir otros tipos de delincuencia juvenil, como el vandalismo, el consumo de drogas o incluso el uso de violencia. Estos autores argumentaron que las motivaciones detrás del delito pueden variar según el grupo social al que pertenezca el individuo y la estructura de oportunidades que enfrenta.

Por ejemplo, en grupos marginados o excluidos del sistema educativo y laboral, los jóvenes pueden adoptar normas alternativas que les permitan sentirse parte de una comunidad y alcanzar sus metas, incluso si eso implica cometer actos ilegales. De esta manera, el enfoque diferencial no solo explica cómo se aprende a cometer delitos, sino también por qué ciertos grupos son más propensos a hacerlo.

El enfoque diferencial y la delincuencia organizada

Otro aspecto relevante es cómo el enfoque diferencial puede aplicarse al estudio de la delincuencia organizada. En este contexto, los miembros de organizaciones criminales no solo aprenden técnicas delictivas, sino también una cultura y una estructura de valores que normalizan la violencia, la corrupción y el engaño. Estos grupos actúan como comunidades cerradas donde las normas delictivas son internalizadas y reforzadas constantemente, lo que refuerza la teoría de Sutherland de que el entorno social tiene un impacto directo en la conducta individual.

Ejemplos del enfoque diferencial en la práctica

Un ejemplo clásico del enfoque diferencial es el estudio de la corrupción en el ámbito político o empresarial. En este caso, ciertos individuos aprenden a justificar actos como el soborno o el fraude como formas legítimas de lograr objetivos personales o profesionales. La exposición a líderes o compañeros que valoran y recompensan estos comportamientos hace que los individuos internalicen esas normas como aceptables.

Otro ejemplo es el de la delincuencia juvenil. Muchos jóvenes que crecen en barrios con altos índices de pobreza y desempleo se exponen a grupos de pares que valoran la violencia, el consumo de drogas o el robo como formas de generar ingresos. A través de la interacción constante con estos grupos, los jóvenes no solo aprenden a cometer delitos, sino también a justificarlos como necesarios para sobrevivir.

Además, el enfoque diferencial también se ha aplicado al estudio de la delincuencia en el ámbito escolar. Por ejemplo, estudiantes que se sienten excluidos del sistema académico pueden formar grupos donde el uso de drogas, la fuga escolar o el vandalismo son normas aceptadas. Estos grupos actúan como una red de apoyo que reforzando constantemente las normas delictivas.

El concepto de diferenciación en la teoría social

La diferenciación social es un concepto más amplio que incluye al enfoque diferencial, pero que también explica cómo los individuos se diferencian en sus comportamientos según el entorno social al que pertenecen. En este contexto, el enfoque diferencial se enfoca específicamente en la delincuencia, mientras que otras teorías de diferenciación abordan aspectos como la salud mental, la educación o la participación política.

Una de las ideas centrales es que la diferenciación no es un proceso aleatorio, sino que está influenciado por factores como el estatus socioeconómico, la educación y la red de contactos personales. Por ejemplo, un joven que crece en una familia con bajos ingresos y con poca educación tiene más probabilidades de pertenecer a un grupo social donde las normas delictivas son más prevalentes. Esto no significa que se convertirá en un delincuente, pero sí que está más expuesto a normas que pueden llevarlo en esa dirección.

Además, la diferenciación social también puede explicar por qué ciertos grupos son más propensos a seguir normas legales. Por ejemplo, los jóvenes que asisten a escuelas con programas de educación cívica y que tienen acceso a oportunidades laborales legítimas tienden a internalizar normas positivas que les permiten evitar el delito.

Autores clave en el desarrollo del enfoque diferencial

El enfoque diferencial no es exclusivo de Edwin Sutherland, sino que ha sido desarrollado y ampliado por diversos autores a lo largo del tiempo. Algunos de los más destacados incluyen:

  • Edwin Sutherland: Creador de la teoría, quien propuso que el delito es un aprendizaje social.
  • Albert Cohen: Desarrolló la teoría de la delincuencia juvenil, enfocándose en cómo los jóvenes marginados adoptan normas alternativas.
  • Richard Cloward y Lloyd Ohlin: Ampliaron la teoría para incluir diferentes tipos de delincuencia, como el vandalismo y la violencia.
  • David Matza y Gresham Sykes: Introdujeron el concepto de técnicas de neutralización, que explica cómo los delincuentes justifican sus actos.
  • John Hagan: Estudió cómo las diferencias estructurales entre grupos sociales influyen en la delincuencia.

Cada uno de estos autores ha contribuido a entender cómo el entorno social moldea la conducta individual, especialmente en lo que respecta a la delincuencia.

El enfoque diferencial y su relevancia en la actualidad

En la sociedad moderna, el enfoque diferencial sigue siendo relevante para entender cómo se transmite la conducta delictiva. En entornos urbanos con altos índices de desigualdad, donde las oportunidades legítimas son limitadas, es común encontrar grupos sociales donde las normas delictivas son normalizadas. Esto no solo afecta a los individuos que participan activamente en esas normas, sino también a la percepción social de lo que es aceptable o no.

Por ejemplo, en ciertos barrios marginales, el uso de drogas o la violencia se considera una forma de supervivencia o de integración social. En estos casos, los jóvenes que crecen en esas comunidades no solo aprenden a cometer delitos, sino que también internalizan una cultura que les da sentido a esa conducta. Esta realidad refuerza la importancia de políticas públicas que ofrezcan alternativas legítimas a los jóvenes y que promuevan normas positivas dentro de las comunidades.

¿Para qué sirve el enfoque diferencial?

El enfoque diferencial sirve para entender cómo se transmite la conducta delictiva a través de la interacción social. Este modelo es útil para diseñar estrategias de prevención que no se limiten a castigar el delito, sino que busquen transformar las condiciones sociales que lo favorecen. Por ejemplo, programas educativos que fomentan normas positivas entre los jóvenes o iniciativas comunitarias que promueven oportunidades legítimas pueden reducir la exposición a normas delictivas.

Además, el enfoque diferencial también puede aplicarse en contextos penitenciarios. En lugar de tratar al delincuente como un ser aislado, este modelo propone que se le ofrezcan alternativas para desaprender normas delictivas y reforzar normas legales. Esto se puede lograr mediante terapia, educación y contacto con modelos positivos dentro del sistema penitenciario.

El enfoque diferencial y sus variantes teóricas

A lo largo del tiempo, el enfoque diferencial ha dado lugar a varias variantes teóricas que lo han adaptado a diferentes contextos. Una de las más destacadas es la teoría de los estilos de vida delictivo, desarrollada por Richard Cloward y Lloyd Ohlin. Esta teoría propone que los jóvenes adoptan diferentes estilos de vida dependiendo de las oportunidades que tienen para alcanzar el éxito. Si esas oportunidades son limitadas, pueden optar por estilos delictivos como el vandalismo, el uso de drogas o la violencia.

Otra variante importante es la teoría de las técnicas de neutralización, propuesta por David Matza y Gresham Sykes. Esta teoría explica cómo los delincuentes justifican sus actos mediante mecanismos como el desdén por la autoridad o la minimización de las consecuencias de sus acciones. Estas técnicas les permiten mantener su autoestima mientras cometen actos ilegales.

El enfoque diferencial y su influencia en la educación

La educación juega un papel fundamental en el enfoque diferencial. En entornos escolares donde las normas son claras y consistentes, los estudiantes tienden a internalizar esas normas y a rechazar comportamientos delictivos. Por el contrario, en escuelas donde hay poca disciplina y donde los valores son contradictorios, los estudiantes pueden aprender a cuestionar las normas sociales y adoptar comportamientos que van en contra de los valores legales.

Un ejemplo práctico es el de los programas de educación cívica. Estos programas no solo enseñan leyes y normas, sino que también fomentan el respeto por los demás y el desarrollo de habilidades sociales positivas. Al proporcionar modelos de comportamiento alternativos, estos programas pueden ayudar a reducir la exposición a normas delictivas.

El significado del enfoque diferencial

El enfoque diferencial es una teoría sociológica que explica cómo la conducta delictiva se aprende a través de la interacción con otros individuos. Su importancia radica en que no solo describe el delito, sino que también ofrece una explicación social de por qué ciertas personas se convierten en delincuentes. A diferencia de teorías biológicas o psicológicas, el enfoque diferencial se enfoca en los factores externos que influyen en la conducta individual.

Una de las conclusiones más importantes de este enfoque es que la delincuencia no es un fenómeno aislado, sino que está profundamente arraigada en estructuras sociales que favorecen ciertos comportamientos sobre otros. Esto implica que para combatir la delincuencia, es necesario abordar las condiciones sociales que la favorecen, como la pobreza, la exclusión y la falta de oportunidades.

¿Cuál es el origen del enfoque diferencial?

El enfoque diferencial surgió como una respuesta a las teorías biológicas y psicológicas de la delincuencia, que sugerían que los delincuentes eran individuos con características innatas que los hacían propensos al delito. Edwin Sutherland, quien fue uno de los primeros en desarrollar esta teoría, argumentó que el delito era un fenómeno social que debía explicarse a través de factores externos, no internos.

Sutherland publicó su teoría por primera vez en 1939 en su libro Principles of Criminology. En esta obra, propuso que los delincuentes aprendían a cometer delitos en el mismo entorno donde aprendían otras normas sociales. Esta idea revolucionó la criminología y sentó las bases para el desarrollo de teorías más complejas sobre la delincuencia y el aprendizaje social.

El enfoque diferencial y sus sinónimos teóricos

El enfoque diferencial también se conoce como teoría de la diferenciación social o teoría del aprendizaje delictivo. Aunque los nombres pueden variar, todos se refieren al mismo concepto: el delito es un comportamiento que se adquiere a través de la interacción con otros individuos que comparten valores y normas delictivas. Esta perspectiva ha sido ampliamente utilizada en el estudio de la delincuencia juvenil, la corrupción y la delincuencia organizada.

¿Cómo se aplica el enfoque diferencial en la prevención del delito?

El enfoque diferencial tiene importantes implicaciones para la prevención del delito. En lugar de centrarse únicamente en castigar a los delincuentes, este modelo propone abordar las causas sociales del delito. Por ejemplo, programas comunitarios que fomentan la integración social, la educación y el empleo pueden reducir la exposición a normas delictivas. Asimismo, iniciativas escolares que promuevan valores positivos pueden ayudar a los jóvenes a internalizar normas legales.

Cómo usar el enfoque diferencial y ejemplos de aplicación

El enfoque diferencial se puede aplicar en múltiples contextos. Por ejemplo, en el ámbito educativo, se pueden implementar programas que enseñen a los estudiantes a rechazar normas delictivas y a adoptar comportamientos positivos. En el contexto comunitario, se pueden desarrollar iniciativas que promuevan la participación ciudadana y que ofrezcan alternativas legítimas a los jóvenes.

Un ejemplo práctico es el uso de talleres de mediación en escuelas. Estos talleres enseñan a los estudiantes cómo resolver conflictos sin recurrir a la violencia, lo que refuerza normas sociales positivas. Otro ejemplo es la implementación de programas de empleo juvenil que proporcionan a los jóvenes oportunidades laborales legales y estables, lo que reduce su exposición a grupos con normas delictivas.

El enfoque diferencial y su relación con la justicia restaurativa

La justicia restaurativa es un enfoque que busca resolver conflictos mediante la reconciliación entre las partes involucradas. Este modelo tiene una relación estrecha con el enfoque diferencial, ya que ambos se centran en las relaciones sociales y en cómo estas influyen en la conducta individual. En lugar de castigar al delincuente, la justicia restaurativa busca ayudarle a entender el impacto de sus acciones y a reencausar su comportamiento en la sociedad.

Este enfoque también refuerza la idea de que los delincuentes pueden aprender nuevas normas sociales, lo que refleja los principios del enfoque diferencial. Al involucrar a la víctima y a la comunidad en el proceso de resolución, la justicia restaurativa crea un entorno donde el delincuente puede desaprender normas delictivas y reforzar normas legales.

El enfoque diferencial y la importancia de la red social

La red social es un factor clave en el enfoque diferencial. Las personas no aprenden a cometer delitos en el vacío, sino que lo hacen a través de interacciones con otros individuos. Por ejemplo, un joven que tiene amigos que consumen drogas es más propenso a adoptar esa conducta que uno que no tiene esa influencia. Esto refuerza la importancia de controlar y guiar las redes sociales de los jóvenes, especialmente durante la adolescencia, cuando son más susceptibles a influencias externas.