En el ámbito de la gramática, el estudio de la voz pasiva y activa es fundamental para entender cómo se construyen las oraciones y cómo se establece la relación entre el sujeto, el verbo y el complemento. La voz activa y la voz pasiva son dos formas de expresar una misma idea, pero con diferencias sutiles que pueden cambiar el énfasis o la importancia de los elementos de la oración. A continuación, exploraremos a fondo qué significan, cómo se forman y cuándo utilizar cada una.
¿Qué es la voz pasiva y activa?
La voz activa es la forma más natural de construir una oración, en la cual el sujeto realiza una acción y el verbo está conjugado de manera directa. Por ejemplo: El artesano talla una escultura. Aquí, el artesano es el sujeto que ejecuta la acción de tallar sobre el objeto una escultura.
Por otro lado, la voz pasiva se utiliza cuando el objeto de la oración es quien recibe la acción y el sujeto (quien la ejecuta) puede ser desconocido, irrelevante o simplemente se prefiere destacar al objeto. Su estructura básica es: objeto + verbo en voz pasiva + por + sujeto. Por ejemplo: Una escultura es tallada por el artesano. En este caso, la acción sigue siendo la misma, pero el enfoque cambia.
Un dato interesante es que el uso de la voz pasiva se popularizó especialmente en el ámbito científico y académico, donde se busca minimizar la subjetividad y enfatizar los resultados más que a quién los obtuvo. Esta práctica se remonta al siglo XIX, cuando los científicos comenzaron a adoptar un lenguaje más impersonal en sus escritos.
La importancia de diferenciar entre ambas voces
Distinguir entre la voz activa y pasiva es clave para escribir con claridad y precisión, especialmente en textos formales o técnicos. La voz activa suele ser más directa, dinámica y fácil de entender, lo que la hace ideal para narraciones, reportes periodísticos y discursos orales. En contraste, la voz pasiva puede sonar más formal, impersonal o incluso confusa si no se usa correctamente, por lo que su empleo debe ser cuidadoso.
Por ejemplo, en un manual de instrucciones, se suele usar la voz activa para dar comandos claros: Abre el paquete y sigue las instrucciones. Si se usara la pasiva (El paquete debe ser abierto y las instrucciones deben ser seguidas), el mensaje perdería su claridad y dinamismo. Por otro lado, en un informe científico, se prefiere la pasiva para evitar el uso de yo o nosotros, manteniendo un tono objetivo: El experimento fue realizado con éxito.
En resumen, el uso correcto de ambas voces depende del contexto, el propósito comunicativo y el tono que se desee transmitir. Una comprensión clara de sus diferencias permite al escritor o hablante elegir la mejor opción según las necesidades del mensaje.
Cuándo evitar el uso de la voz pasiva
Aunque la voz pasiva tiene sus ventajas, en muchos casos es preferible evitarla para mejorar la claridad y la cohesión del texto. Uno de los errores más comunes es usar la pasiva cuando el sujeto es conocido o relevante. Por ejemplo, decir El coche fue conducido por el profesor puede sonar innecesariamente formal o incluso confuso, cuando simplemente se podría decir El profesor condujo el coche.
Otra situación en la que la voz pasiva puede ser perjudicial es cuando se omite el sujeto, lo que puede llevar a oraciones incompletas o ambiguas. Por ejemplo: Se decidió construir un nuevo edificio. Esta oración no indica quién tomó la decisión, lo que puede generar confusión o incluso ser utilizado con intención deliberada para ocultar responsabilidades.
Por tanto, es recomendable utilizar la voz pasiva solo cuando sea necesario enfatizar al objeto o cuando el sujeto no sea relevante. En otros casos, la voz activa suele ser más efectiva y natural.
Ejemplos de uso de la voz activa y pasiva
Para comprender mejor cómo se aplican ambas voces, aquí tienes algunos ejemplos prácticos:
- Voz activa:
- El chef prepara la cena.
- El estudiante escribe la tarea.
- El equipo gana el partido.
- Voz pasiva:
- La cena es preparada por el chef.
- La tarea es escrita por el estudiante.
- El partido es ganado por el equipo.
Observa que en la voz pasiva, el sujeto (quien realiza la acción) se coloca al final de la oración, precedido por la preposición por. Además, el verbo cambia su estructura: se usa un verbo auxiliar (ser, estar, haber) seguido del participio del verbo principal.
Otro ejemplo interesante es el uso de la pasiva en publicidad. Por ejemplo: El producto es amado por millones de usuarios. Aquí, el enfoque está en el producto, no en quién lo ama, lo cual puede ser útil para generar interés sin mencionar a un sujeto específico.
Conceptos clave para entender la voz activa y pasiva
Para dominar el uso de la voz activa y pasiva, es fundamental comprender algunos conceptos gramaticales básicos:
- Sujeto: Es quien realiza la acción. En la voz activa, es el sujeto principal; en la voz pasiva, se coloca al final.
- Objeto directo: Es el elemento sobre el cual se realiza la acción. En la voz activa, va después del verbo; en la voz pasiva, se convierte en el sujeto.
- Verbo en voz pasiva: Se forma con un verbo auxiliar (ser, estar, haber) seguido del participio del verbo principal.
- Preposición por: Se utiliza para introducir al sujeto en la voz pasiva.
Otro punto importante es que no todos los verbos admiten voz pasiva. Por ejemplo, los verbos intransitivos (que no tienen objeto directo) no pueden convertirse en pasivos. Un ejemplo de verbo intransitivo es correr: El niño corre. No se puede decir La carrera es corrida por el niño, ya que no hay un objeto directo.
También existen verbos que suelen evitarse en voz pasiva porque su uso puede sonar forzado o incorrecto. Por ejemplo, estar, ser o ir rara vez se usan en pasivo porque su estructura ya implica una pasividad o estado.
Recopilación de frases en voz activa y pasiva
A continuación, te presento una lista de oraciones en voz activa y sus equivalentes en voz pasiva para que puedas compararlas y entender mejor las diferencias:
- Voz activa: El científico descubrió el virus.
Voz pasiva: El virus fue descubierto por el científico.
- Voz activa: El juez dictó la sentencia.
Voz pasiva: La sentencia fue dictada por el juez.
- Voz activa: El artista pintó el cuadro.
Voz pasiva: El cuadro fue pintado por el artista.
- Voz activa: El viento movió las hojas.
Voz pasiva: Las hojas fueron movidas por el viento.
- Voz activa: El equipo resolvió el problema.
Voz pasiva: El problema fue resuelto por el equipo.
Estos ejemplos muestran cómo la estructura de la oración cambia al pasar de la voz activa a la pasiva. En cada caso, el objeto de la oración original se convierte en el sujeto de la nueva oración, mientras que el sujeto original se coloca al final, precedido por la preposición por.
Cómo identificar si una oración está en voz activa o pasiva
Identificar si una oración está en voz activa o pasiva es esencial para corregir textos o mejorar el estilo de escritura. Una forma sencilla de hacerlo es buscar si el sujeto está realizando la acción o si la está recibiendo. Si el sujeto está realizando la acción, la oración está en voz activa. Si el sujeto está recibiendo la acción, es probable que esté en voz pasiva.
Por ejemplo:
- La empresa creó un nuevo producto. → Voz activa. El sujeto (la empresa) realiza la acción.
- Un nuevo producto fue creado por la empresa. → Voz pasiva. El sujeto (un nuevo producto) recibe la acción.
Otra pista útil es buscar la preposición por al final de la oración. Si la oración termina con por + nombre, es probable que esté en voz pasiva. Sin embargo, no todas las oraciones que contienen por son pasivas, por lo que es importante revisar el resto de la estructura.
También es útil prestar atención al verbo. En la voz pasiva, el verbo suele estar compuesto por un verbo auxiliar (ser, estar, haber) seguido del participio del verbo principal. Por ejemplo: fue creado”, es resuelto, “ha sido escrito.
¿Para qué sirve la voz pasiva y activa?
La voz activa y pasiva no son simplemente dos formas de decir lo mismo; tienen funciones distintas y son herramientas valiosas en la comunicación. La voz activa es ideal para cuando se quiere destacar al sujeto o cuando se busca claridad y dinamismo en el discurso. Es especialmente útil en narraciones, instrucciones, discursos orales y textos periodísticos.
Por otro lado, la voz pasiva sirve para cuando el objeto es más importante que el sujeto, o cuando el sujeto no es relevante o desconocido. En textos científicos, académicos o oficiales, la pasiva permite mantener un tono impersonal, lo cual puede ser necesario para evitar subjetividades o para darle mayor énfasis a los resultados o hechos.
Un ejemplo práctico es en la redacción de informes técnicos, donde se prefiere decir El experimento fue realizado con éxito en lugar de Nosotros realizamos el experimento con éxito. De esta manera, se evita el uso del yo y se enfatiza el resultado.
Sinónimos y variantes de la voz activa y pasiva
Aunque voz activa y voz pasiva son los términos más utilizados, existen sinónimos y variantes que también se usan en gramática. Por ejemplo, en algunos contextos se habla de construcciones activas y construcciones pasivas, especialmente en análisis lingüísticos o académicos. También se usan términos como estructuras activas y estructuras pasivas, que resaltan la diferencia en la organización de las oraciones.
Además, en ciertas lenguas, como el francés o el italiano, se habla de voce attiva y voce passiva, manteniendo el mismo concepto pero con terminología adaptada al idioma. En inglés, se usan los términos active voice y passive voice, que también son aplicables a otros idiomas.
Es importante tener en cuenta que, aunque los términos puedan variar según el idioma o el contexto, el concepto fundamental permanece: se trata de dos formas de expresar la misma idea, enfatizando distintos elementos de la oración.
Aplicaciones prácticas de la voz pasiva y activa
En la vida cotidiana, el uso de la voz pasiva y activa tiene diversas aplicaciones prácticas, desde la redacción de documentos oficiales hasta la comunicación en redes sociales. Por ejemplo, en documentos oficiales como contratos, informes o resoluciones, se suele utilizar la voz pasiva para mantener un tono formal e impersonal. Esto ayuda a evitar el uso de pronombres personales como yo o nosotros, lo cual puede ser necesario para darle mayor objetividad al texto.
En contraste, en textos periodísticos o narrativos, la voz activa es más común porque permite una escritura más dinámica y clara. Por ejemplo, en un titular de periódico, es más efectivo decir El alcalde anuncia un nuevo proyecto que Un nuevo proyecto es anunciado por el alcalde. La voz activa transmite la noticia de manera directa y atractiva.
En la publicidad, también se juega con ambas voces para lograr efectos específicos. Mientras que la pasiva puede usarse para destacar el producto (El producto es amado por millones), la activa puede usarse para generar una llamada a la acción (¡Compra ahora y ahorra!).
El significado de la voz pasiva y activa en la gramática
En el ámbito de la gramática, la voz pasiva y activa son categorías morfosintácticas que determinan la relación entre los elementos de una oración. La voz activa es la forma natural y directa de expresar una acción, donde el sujeto ejecuta la acción sobre un objeto. Por su parte, la voz pasiva se utiliza para cambiar el énfasis de la oración, haciendo que el objeto sea quien recibe la acción.
Desde el punto de vista gramatical, la voz pasiva se forma mediante el uso de un verbo auxiliar (ser, estar, haber) seguido del participio del verbo principal. Este participio debe concordar en género y número con el objeto que recibe la acción. Por ejemplo: El libro fue escrito por el autor.
Un aspecto importante a tener en cuenta es que no todos los verbos admiten voz pasiva. Los verbos intransitivos, como caminar o dormir, no tienen objeto directo, por lo que no pueden usarse en pasivo. Además, algunos verbos pueden sonar forzados o inadecuados en pasivo, dependiendo del contexto.
En resumen, comprender el significado de estas voces es esencial para escribir correctamente y comunicarse de manera efectiva. Ambas son herramientas gramaticales que, cuando se usan adecuadamente, pueden enriquecer el lenguaje y permitir una mayor precisión en la expresión.
¿De dónde viene el concepto de voz pasiva y activa?
El concepto de voz pasiva y activa tiene raíces en la gramática clásica, específicamente en la tradición griega y latina. Los gramáticos antiguos, como Dionisio de Halicarnaso y Quintiliano, clasificaron los verbos según la relación entre el sujeto y el objeto. Esta clasificación se extendió a otros idiomas y se consolidó con el tiempo en las gramáticas modernas.
La voz pasiva, en particular, fue adoptada con mayor fuerza en el siglo XIX, cuando los científicos y escritores comenzaron a buscar un lenguaje más objetivo y formal para sus trabajos. En ese contexto, la pasiva se convirtió en una herramienta útil para evitar el uso del yo y enfatizar los resultados más que a quién los obtuvo.
En el ámbito académico, el uso de la pasiva también fue promovido por instituciones educativas como forma de mantener un tono neutro en los textos científicos y técnicos. Esta práctica se ha mantenido hasta nuestros días, aunque en muchos casos se ha comenzado a cuestionar su uso excesivo, especialmente en textos donde la claridad y la proximidad son prioritarias.
Variantes y sinónimos de la voz pasiva y activa
Además de los términos voz activa y voz pasiva, existen otras formas de referirse a estas categorías gramaticales. Por ejemplo, en análisis lingüístico se habla de estructuras activas y estructuras pasivas, mientras que en gramáticas avanzadas se usan términos como construcciones activas y construcciones pasivas. Estos términos resaltan la diferencia en la organización sintáctica de las oraciones.
También existen términos específicos para describir ciertos tipos de pasiva. Por ejemplo, la pasiva refleja es aquella en la que el sujeto y el objeto son el mismo: Se le cortó el pelo. La pasiva recíproca se usa cuando el sujeto y el objeto realizan la acción mutuamente: Se saludaron los dos amigos.
En otros idiomas, como el francés o el italiano, se usan expresiones como voce attiva y voce passiva, que mantienen el mismo significado pero adaptadas al contexto lingüístico. En inglés, los términos son active voice y passive voice, que también se aplican a otros idiomas en contextos académicos o lingüísticos.
¿Cuál es la diferencia entre la voz pasiva y activa?
La principal diferencia entre la voz pasiva y la activa radica en la posición del sujeto y el objeto dentro de la oración. En la voz activa, el sujeto realiza la acción y se coloca al comienzo de la oración, seguido del verbo y del objeto. Por ejemplo: El estudiante resolvió el problema. Aquí, el sujeto (*el estudiante*) ejecuta la acción (*resolvió*) sobre el objeto (*el problema*).
En la voz pasiva, el objeto de la oración activa se convierte en el sujeto de la oración pasiva, mientras que el sujeto original se coloca al final, precedido por la preposición por. Por ejemplo: El problema fue resuelto por el estudiante. En este caso, el objeto (*el problema*) recibe la acción (*fue resuelto*), y el sujeto (*el estudiante*) se menciona al final.
Otra diferencia importante es el uso del verbo. En la voz pasiva, el verbo se construye con un verbo auxiliar (ser, estar, haber) seguido del participio del verbo principal. En la voz activa, el verbo se conjuga directamente según el sujeto. Esta diferencia afecta no solo la estructura de la oración, sino también el tono y el estilo del discurso.
Cómo usar la voz pasiva y activa en la escritura
El uso correcto de la voz pasiva y activa depende del contexto, el propósito del texto y el estilo que se desee lograr. En general, se recomienda usar la voz activa cuando se quiere transmitir claridad, dinamismo y proximidad con el lector. Por ejemplo, en un discurso, una noticia o un manual de instrucciones, la voz activa es preferible por su simplicidad y naturalidad.
Por otro lado, la voz pasiva se utiliza cuando se quiere destacar al objeto de la oración o cuando el sujeto no es relevante o desconocido. Es especialmente útil en textos académicos, científicos o oficiales, donde se busca un tono impersonal y objetivo. Por ejemplo: El experimento fue realizado con éxito suena más formal que Nosotros realizamos el experimento con éxito.
Un consejo práctico es evitar el uso excesivo de la pasiva, ya que puede hacer los textos más confusos o menos dinámicos. Siempre que sea posible, opta por la voz activa para mantener la claridad y el ritmo del texto. Además, verifica que el uso de la pasiva no oculte la responsabilidad o la autoría de las acciones descritas.
Errores comunes al usar la voz pasiva y activa
Uno de los errores más comunes al usar la voz pasiva es olvidar incluir el sujeto al final de la oración. Por ejemplo, decir El informe fue escrito sin mencionar a quién lo escribió puede generar confusión. Para evitar esto, es importante incluir el sujeto después de la preposición por, como en: El informe fue escrito por el autor.
Otro error frecuente es utilizar la pasiva cuando el sujeto es conocido o relevante. Por ejemplo, escribir La casa fue construida por el arquitecto puede sonar innecesariamente formal cuando simplemente se podría decir El arquitecto construyó la casa. En estos casos, la voz activa suele ser más natural y efectiva.
También es común confundir la voz pasiva con la voz refleja o recíproca. Por ejemplo, decir Se le cortó el pelo es una pasiva refleja, no una pasiva estándar. Entender estas diferencias es clave para evitar errores gramaticales y para usar correctamente las distintas formas de la pasiva según el contexto.
Consejos para dominar la voz pasiva y activa
Para dominar el uso de la voz pasiva y activa, es recomendable practicar con ejercicios de conversión de oraciones. Por ejemplo, intenta convertir oraciones activas en pasivas y viceversa, para comprender mejor cómo cambia la estructura. También es útil leer textos de diferentes estilos (literarios, académicos, periodísticos) para observar cómo se usan ambas voces en contextos reales.
Otra estrategia efectiva es prestar atención a los verbos y a la posición del sujeto y el objeto en cada oración. Si el sujeto ejecuta la acción, la oración está en voz activa. Si el sujeto recibe la acción, es probable que esté en voz pasiva. Además, revisar textos con un corrector gramatical o pedir retroalimentación a un profesor o colega puede ayudarte a identificar errores y mejorar tu escritura.
Finalmente, es importante recordar que no todos los verbos admiten pasivo, y que en algunos casos, el uso de la pasiva puede sonar forzado o innecesario. Por eso, siempre es bueno preguntarse: ¿estoy usando la voz correcta para el mensaje que quiero transmitir?
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