Procura comprender y luego ser comprendido es una frase que encapsula una actitud fundamental en la comunicación efectiva, la empatía y la construcción de relaciones sólidas. Más que una simple recomendación, se trata de un enfoque que promueve la escucha activa y la intención genuina de entender a los demás antes de buscar que otros entiendan nuestras propias ideas. Este enfoque no solo mejora las interacciones personales, sino que también es clave en contextos profesionales, educativos y sociales. En este artículo exploraremos en profundidad su significado, su importancia y cómo podemos aplicarlo en la vida cotidiana.
¿Qué significa procura comprender y luego ser comprendido?
Esta frase, atribuida comúnmente a Stephen R. Covey en su libro Los 7 hábitos de las personas altamente efectivas, nos invita a cambiar nuestra perspectiva habitual en las conversaciones. En lugar de enfocarnos únicamente en expresar nuestro punto de vista, nos anima a escuchar con atención, sin interrumpir, y a buscar verdaderamente la comprensión de lo que el otro siente y piensa.
Este enfoque no es solo ético, sino también práctico, ya que permite resolver conflictos con más facilidad, construir relaciones de confianza y fomentar un ambiente de colaboración. Al entender primero, nos evitamos malentendidos, prejuicios y reacciones defensivas que suelen surgir cuando no somos empáticos.
La importancia de la escucha activa en la comunicación humana
La escucha activa es el pilar fundamental detrás del enunciado procura comprender y luego ser comprendido. Escuchar activamente implica prestar atención plena, mostrar interés, validar emociones y no emitir juicios precipitados. En un mundo donde solemos hablar más de lo que escuchamos, esta habilidad se vuelve esencial para mantener conversaciones significativas y constructivas.
Por ejemplo, en un entorno laboral, si un empleado se siente desvalorizado y se acerca a su jefe con preocupación, el jefe que practica la escucha activa no solo oye las palabras, sino que también percibe el tono, las emociones y busca comprender la raíz del problema antes de reaccionar. Esto no solo resuelve el conflicto, sino que también fortalece la relación entre ambas partes.
La diferencia entre escuchar y escuchar activamente
Muchas personas confunden escuchar con escuchar activamente. Mientras que escuchar puede ser pasivo, escuchar activamente implica una participación consciente y una intención de conectar con el otro. Este tipo de escucha implica técnicas como hacer contacto visual, asentir con la cabeza, repetir lo que se ha entendido, hacer preguntas abiertas y mantener la calma emocional.
Escuchar activamente no solo mejora la comprensión, sino que también hace sentir a la otra persona valorada y respetada. Este enfoque es especialmente útil en terapia, mediación, educación y cualquier relación donde la empatía juegue un papel clave.
Ejemplos prácticos de cómo aplicar procura comprender y luego ser comprendido
Un ejemplo clásico es una pareja que está discutiendo sobre cómo distribuir las tareas del hogar. En lugar de cada uno defender su punto de vista, uno de ellos podría decir: Entiendo que para ti es importante que las responsabilidades estén equitativamente repartidas, y también entiendo que tú te sientes sobrecargado. ¿Cómo podríamos llegar a una solución que nos beneficie a ambos? Este tipo de enfoque no solo resuelve el problema, sino que también fortalece el vínculo emocional.
Otro ejemplo podría ser un maestro que escucha activamente a un estudiante que se siente desmotivado, en lugar de simplemente corregir o cuestionar. Al comprender las razones detrás de la falta de interés, el maestro puede adaptar su enfoque pedagógico y motivar al estudiante de una manera más efectiva.
El concepto de empatía emocional y su relación con este enfoque
La frase procura comprender y luego ser comprendido está estrechamente ligada al concepto de empatía emocional. Este tipo de empatía va más allá de la simple comprensión intelectual; implica sentir lo que otra persona siente, ponerse en su lugar y responder con compasión. Esta habilidad es fundamental en contextos como la salud mental, el asesoramiento y la mediación.
Por ejemplo, un terapeuta que escucha activamente a su paciente no solo oye sus palabras, sino que también percibe sus emociones, sus miedos y sus inseguridades. Al mostrar empatía emocional, el terapeuta crea un espacio seguro donde el paciente se siente escuchado, validado y apoyado.
5 ejemplos de cómo aplicar este hábito en la vida diaria
- En conversaciones familiares: En lugar de interrumpir cuando un familiar expresa una preocupación, escucha con atención y luego responde con comprensión.
- En el trabajo: Antes de dar una crítica, pide más información sobre el contexto para entender mejor la situación.
- En relaciones de pareja: Cuando surja un conflicto, evita la defensiva y busca entender las emociones de tu pareja antes de defender tu punto de vista.
- En educación: Los profesores pueden fomentar un ambiente de confianza al escuchar a sus estudiantes con empatía.
- En redes sociales: Antes de criticar una publicación, intenta entender la intención detrás de lo que se comparte.
La diferencia entre hablar para convencer y hablar para conectar
Muchas veces, las personas hablan para imponer su opinión, para convencer o para ganar. Sin embargo, procura comprender y luego ser comprendido sugiere un enfoque más colaborativo, donde el objetivo no es ganar una discusión, sino construir una conexión genuina. Este tipo de comunicación fomenta el respeto mutuo, incluso en situaciones de desacuerdo.
Por ejemplo, en una reunión de trabajo donde hay diferencias de opinión, alguien que busca comprender primero puede decir: Veo que tienes una perspectiva diferente, ¿podrías explicarme más sobre cómo llegaste a esa conclusión? Este tipo de enfoque no solo reduce la tensión, sino que también puede enriquecer la discusión con nuevas perspectivas.
¿Para qué sirve procura comprender y luego ser comprendido?
Este enfoque tiene múltiples beneficios en diferentes contextos. En el ámbito personal, ayuda a resolver conflictos de pareja, a mejorar la comunicación con amigos y a entender mejor a los miembros de la familia. En el ámbito profesional, mejora la colaboración en equipos, reduce los conflictos laborales y fomenta un ambiente de respeto mutuo.
Además, en contextos educativos, permite a los docentes conectar mejor con sus estudiantes, identificar sus necesidades y adaptar sus estrategias de enseñanza. En la salud mental, es una herramienta esencial para los terapeutas que buscan crear un espacio seguro y comprensivo para sus pacientes.
La importancia de la intención detrás de las palabras
La frase procura comprender y luego ser comprendido no se limita a la acción de escuchar, sino que también se enfoca en la intención detrás de las palabras. Si nuestra intención es genuinamente comprender al otro, nuestra actitud cambiará, lo que se reflejará en nuestro tono, nuestro lenguaje corporal y nuestras palabras.
Por ejemplo, si alguien está hablando sobre un tema sensible y nosotros lo interrumpimos para dar nuestro punto de vista, no estaremos demostrando comprensión. En cambio, si esperamos a que termine de hablar, lo miramos a los ojos y le preguntamos con interés, estaremos demostrando una intención de comprensión genuina.
La relación entre la escucha activa y la inteligencia emocional
La inteligencia emocional es la capacidad de reconocer, entender y gestionar nuestras propias emociones, así como las de los demás. La escucha activa, y por extensión el enfoque de procura comprender y luego ser comprendido, es una habilidad clave de la inteligencia emocional. Quien practica este hábito demuestra autocontrol emocional, empatía y una mayor capacidad de resolver conflictos de manera efectiva.
Por ejemplo, una persona con alta inteligencia emocional puede escuchar a alguien que está enojado sin reaccionar con ira o defensividad. En lugar de eso, puede validar las emociones de la otra persona y ayudarla a encontrar una solución, sin perder la calma.
El significado profundo de procura comprender y luego ser comprendido
Esta frase no solo es una técnica de comunicación, sino también una filosofía de vida. Nos enseña que el verdadero entendimiento no se logra por casualidad, sino mediante un esfuerzo consciente de escuchar, aprender y conectar con los demás. Este enfoque fomenta la humildad, la paciencia y la empatía, cualidades que son esenciales para construir relaciones saludables y significativas.
Además, nos recuerda que a menudo, al intentar entender a los demás, terminamos entendiendo mejor a nosotros mismos. Al escuchar atentamente, nos abrimos a nuevas perspectivas, lo que enriquece nuestra forma de pensar y actuar.
¿Cuál es el origen de la frase procura comprender y luego ser comprendido?
La frase procura comprender y luego ser comprendido se popularizó gracias al libro Los 7 hábitos de las personas altamente efectivas, escrito por Stephen R. Covey en 1989. Covey, un reconocido escritor y conferenciante estadounidense, presentó esta idea como el sexto de los siete hábitos, titulado Presta atención activa (Seek First to Understand, Then to Be Understood).
Covey basó su enfoque en la psicología humanista, especialmente en las ideas de Carl Rogers, quien destacó la importancia de la escucha empática en la terapia. Covey adaptó estos conceptos al ámbito profesional y personal, demostrando cómo la escucha activa puede transformar las relaciones y mejorar la eficacia personal.
Otras formas de decir procura comprender y luego ser comprendido
Existen varias frases que transmiten la misma idea, aunque con diferentes matices. Algunas alternativas incluyen:
- Escucha con empatía antes de hablar.
- Busca primero comprender a los demás.
- Antes de expresar tu punto de vista, escucha con atención.
- La comprensión mutua empieza con la escucha.
- La mejor manera de ser escuchado es escuchar primero.
Estas frases pueden usarse en diferentes contextos, pero todas comparten la misma intención: fomentar una comunicación más efectiva y empática.
¿Cómo se aplica este enfoque en la resolución de conflictos?
En la resolución de conflictos, procura comprender y luego ser comprendido puede marcar la diferencia entre una discusión destructiva y una solución constructiva. Al buscar primero comprender las razones, emociones y perspectivas de la otra parte, se crea un ambiente de confianza donde ambas partes se sienten escuchadas y respetadas.
Por ejemplo, en un conflicto laboral entre dos empleados, un mediador que practique este enfoque puede ayudar a ambos a expresar sus puntos de vista sin interrupciones, validar sus sentimientos y luego facilitar un diálogo que conduzca a una solución mutuamente beneficiosa.
Cómo usar procura comprender y luego ser comprendido en la vida cotidiana
Para aplicar esta frase en la vida diaria, podemos seguir algunos pasos prácticos:
- Mantén la calma: Antes de hablar, respira profundamente y asegúrate de estar emocionalmente preparado.
- Escucha sin interrumpir: Deja que la otra persona exprese su punto de vista sin interrumpir ni hacer conjeturas.
- Reflexiona: Toma un momento para procesar lo que has escuchado antes de responder.
- Pregunta para aclarar: Si algo no queda claro, formula preguntas para obtener más información.
- Expresa tu punto de vista con empatía: Una vez que entiendes la perspectiva del otro, puedes compartir tu propia opinión con respeto.
Estos pasos no solo mejoran la comunicación, sino que también fortalecen los lazos interpersonales.
La conexión entre la comprensión y la inteligencia emocional
La inteligencia emocional está estrechamente ligada a la capacidad de comprender a los demás. Quien practica el enfoque de procura comprender y luego ser comprendido demuestra una alta inteligencia emocional, ya que es capaz de gestionar sus propias emociones, reconocer las emociones de los demás y responder con empatía.
Esta habilidad es especialmente valiosa en entornos donde las emociones están a flor de piel, como en relaciones personales, terapia o mediación. La inteligencia emocional no solo permite resolver conflictos con más eficacia, sino que también fomenta un ambiente de respeto y colaboración.
La importancia de la humildad en la comprensión genuina
Una de las claves para practicar procura comprender y luego ser comprendido es la humildad. La humildad nos permite reconocer que no tenemos todas las respuestas, que los demás tienen perspectivas válidas y que aprender de ellos enriquece nuestro conocimiento y nuestra empatía.
La humildad también nos ayuda a evitar la arrogancia, que a menudo lleva a la defensividad y al cierre mental. Cuando somos humildes, estamos abiertos a nuevas ideas, a corregirnos cuando nos equivocamos y a reconocer que a veces, lo mejor que podemos hacer es escuchar más que hablar.
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